Carlos Ernesto Hernández Pérez, UAM-X, Ciudad de México
Son muchos los estudiantes que poco a poco comienzan su ingreso a la escuela, algunos vienen a prisa, caminan seguros, con un fresco aire en las mejillas y una suave sonrisa que simboliza la victoria. Pero para algunos esto aún no termina.
Son también muchos los tacones que a prisa se escuchan uno tras otro, uno tras otro, hasta perderse en la lejanía. La humedad se respira y al combinarse con prisa muestra en las caras sensaciones de angustia.
Algunos otros vienen despacio, pesadez en el cuerpo, respuesta al desvelo y la preocupación de no haber la tarea hecho, resistencia evidente que abandonan a cada paso que dan para seguir su camino.
Algunos pensativos, acompañados por la flojera que no les impide pensar en una excusa o recordar una vieja vivencia, pues ya no importa, para ellos el tiempo no es ningún impedimento, aunque todos tienen un obstáculo, el compañero del trimestre pasado, a veces se detienen, a veces simplemente sonríen, no importa pues todos tienen una meta, el salón de clases, triunfo de conseguir la asistencia, medalla que se recibe cada fin de trimestre.
Son muchos los estudiantes que poco a poco comienzan su ingreso a la escuela, algunos vienen a prisa, caminan seguros, con un fresco aire en las mejillas y una suave sonrisa que simboliza la victoria. Pero para algunos esto aún no termina.
Son también muchos los tacones que a prisa se escuchan uno tras otro, uno tras otro, hasta perderse en la lejanía. La humedad se respira y al combinarse con prisa muestra en las caras sensaciones de angustia.
Algunos otros vienen despacio, pesadez en el cuerpo, respuesta al desvelo y la preocupación de no haber la tarea hecho, resistencia evidente que abandonan a cada paso que dan para seguir su camino.
Algunos pensativos, acompañados por la flojera que no les impide pensar en una excusa o recordar una vieja vivencia, pues ya no importa, para ellos el tiempo no es ningún impedimento, aunque todos tienen un obstáculo, el compañero del trimestre pasado, a veces se detienen, a veces simplemente sonríen, no importa pues todos tienen una meta, el salón de clases, triunfo de conseguir la asistencia, medalla que se recibe cada fin de trimestre.